Los skoleboller son unos bollos tradicionales de Noruega, llevan crema de vainilla en el centro y se cubre con un glaseado de azúcar y coco. El nombre de estos bollos hace referencia a que son los favoritos de los niños, de ahí su nombre «bollos de la escuela».

Siendo fan de los Cinnamon Rolls, los Semlor y los bollos de Santa Lucía, los Skoleboller no podían faltar en este blog. Como toda la bollería nórdica, están llenos de sabor y son muy sencillos de hacer en casa, en pocos pasos tienes unos bollos deliciosos, ideales para desayunar y acompañar con un buen tazón de café. Quizás la única pega es que el mejor momento para tomarlos es recién hecho, templados y recién salidos del horno casi se derriten en la boca, no podrás resistirte a comerte más de uno.

Habitualmente llevan cardamomo en la masa, esta especia que es muy apreciada en el Norte de Europa le da un toque muy especial, aunque si lo hacéis para niños quizás sea demasiado intensa. Podéis sustituirlo con un poco de ralladura de cítricos y o un toque de vainilla.

Skoleboller (Receta de Passion for Baking)

Receta de Skoleboller (bollos de vainilla)

*Para la masa

236 ml de leche templada

100 g de azúcar

2,5 cdtas de levadura seca de panadería

2 huevos

75 g de mantequilla derretida

1 cdta de sal

410-450 g de harina de fuerza

*Para la crema de vainilla

3 yemas de huevo

250 ml de leche

1 cdtas. de vainilla bourbon en pasta

1 pizca de sal

2 cdas de maizena

40 g de azúcar

20 g de mantequilla

*Para el glaseado

200 g de azúcar glas

2 cdas de leche

coco rallado

Mezclar la leche con el azúcar y la levadura, dejar reposar unos 5 minutos.

Mezclar la harina con la sal y reservar.

Añadir los huevos y la mantequilla. Batir hasta que se integre.

Añadir poco a poco la harina y mezclar con las varillas poco a poco. Cuando quede la mitad de la harina, empezar a mezclar con una cuchara de palo y finalmente amasar con las manos hasta obtener una masa elástica y que no se pegue a los dedos. Si tienes KitchenAid, coloca el gancho y amasa en velocidad 2 hasta que no se pegue en los dedos (unos 10 minutos)

Pasar la masa a un bol limpio y tapar con film, dejar que repose durante 1 hora o hasta que doble el volumen.

Mientras, aprovechamos para preparar la crema pastelera: Poner la leche a calentar, mientras calienta, batir las yemas con el azúcar, la maizena, la sal y la vainilla, hasta que tengamos una crema lisa. Cuando la leche llegue a ebullición, retirar del fuego y añadir poco a poco a la mezcla de huevos, batir hasta que esté totalmente integrado, repetir hasta terminar con toda la leche. Pasar al fuego nuevamente y dejar que espese, tardará un par de minutos. Retirar del fuego, añadir la mantequilla, batir bien hasta que se integre. Tapar con film y reservar.

Precalentar el horno 200ºC.

Cuando la masa haya doblado, la sacamos del bol, desgasificamos amasando un poco y vamos formando los bollos, saldrán unos 12 bollos. A medida que vamos formándolos los colocamos sobre una bandeja de horno.

Hacer un hueco amplio en el centro de cada bollo y rellenar con la crema. Dejar que los bollos reposen unos 15 minutos.

Pintar los bollos con nata y hornear durante unos 18-20 minutos.

Mientras se hornea, preparamos el glaseado, mezclar enérgicamente el azúcar glas con la leche, reservar.

Nada más sacarlos del horno bañamos con el glaseado y espolvoreamos sobre este el coco rallado.

Dejar que enfríen…si puedes porque templados son una delicia.

Algunos apuntes

A la masa puedes añadirle un poco de ralladura, cardamomo o vainilla, intensificará su sabor y seguirán siendo deliciosos.
Al glasear nada más sacar del horno, los bollos se mantendrán frescos un par de días.
Si quieres ver un paso a paso, Manuela lo tiene publicado en su blog Passion for Baking.
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