Whole Kitchen en su propuesta dulce para el mes de octubre, nos invita a preparar un bollo clásico francés, el brioche.
Hay algo característico del brioche, cada vez que se prepara casero, ese olor que sale del horno e inunda la cocina. A mí, me recuerda a las pastelerías tradicionales francesas, sólo por esto, ya merece la pena, ponerse manos a la obra y hacer un clásico brioche para el desayuno.
Así que la oportunidad que me prestaba el Círculo Whole Kitchen para volver a ambientar la casa como si del mismo París se tratara, me pareció perfecta y me puse a ello con la receta infalible de Michel Roux.
La versatilidad de los brioches creo que los hace irresistibles para cualquiera, podéis rellenarlos con pepitas de chocolate, fruta deshidratada, frutos secos… o bien optar por la versión más clásica, que por otro lado, es mi favorita, acompañada de buena mantequilla y una mermelada casera, en este caso de mango, así que el contraste es fantástico, perfecto para empezar el día.
En mi casa siempre andamos liados con las mermeladas y confituras, aprovechamos al máximo la fruta de temporada y así podemos disfrutar de ellas todo el año. Sobre las recetas de mermeladas he leído mil cosas, creo que nosotros vamos un poco a la contra, no respetamos la medida estándar de mismo peso de azúcar que de fruta, si no que ayudamos con pectina o azúcar especial para confituras… pero creo que este tema merece un post completo.
Así que sin más os dejo con esta magnífica receta de un maestro de las masas, Michel Roux, siempre he tenido éxito con todas sus aportaciones, esta no podía ser menos. ¡Qué la disfrutéis!
INGREDIENTES (para dos brioches medianos)
500 g de harina de fuerza
15 g de levadura fresca
70 ml de leche tibia
1/2 cucharita de sal
6 huevos
300 g de mantequilla ablandada
30 g de azúcar
glaseado de huevo para pintar
ELABORACIÓN
Primero debemos desliar la levadura en la leche tibia, con cuidado hasta que esté totalmente integrado. Reservamos.
Ponemos en el bol de la Kitchen Aid o amasadora la harina, sal y los huevos. Ponemos a velocidad lenta, teniendo en cuenta que debemos usar el gancho amasador. Una vez que ya esté todo mezclado, añadimos la leche con la levadura hasta que formemos una masa homogénea. Esto nos llevará unos 10 minutos a velocidad medio-alta (7).
Mientras, mezclamos en un bol, la mantequilla con el azúcar y reservamos.
Añadimos la mantequilla poco a poco a nuestra masa homogénea, vamos mezclando a velocidad media hasta que hayamos añadido toda.
Una vez que tengamos una masa lisa, uniforme y brillante. Tapamos el bol con un trapo y dejamos reposar 2 horas a unos 24 º o hasta que haya doblado su volumen.
Una vez pasado este tiempo, damos un par de vueltas a la masa, volvemos a tapar y esta vez lo guardamos en el frigorífico, dejamos reposar, pero no más de 24 horas.
Ya tendremos la masa lista para hacer nuestro brioche, para ello cogemos unos 600 g de masa y formamos una bola, que pondremos en nuestro molde de brioche previamente engrasado, con ayuda de los dedos hacemos un agujero bien profundo en el centro. Con 300 g de masa, formamos un óvalo y lo ponemos en el centro de nuestro brioche, de modo que sobresalga 1/3 por encima del resto.
Dejamos que vuelva doblar de volumen.
Precalentamos el horno a 200º.
Pintamos con glaseado de huevo (huevo + leche) y llevamos al horno. Primero horneamos 15 minutos a 200º, pasado este tiempo, continuamos con el horneado durante 25 minutos a 170º.
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